lunes, 31 de marzo de 2014

MONCAYO

Moncayo, calle Hermanos de Pablo 10 Madrid - Patatas bravas



La noche estaba de perros, pero nuestros millones de seguidores ansiaban una nueva crítica, así que nos calzamos las katiuskas y nos fuimos de nuevo a visitar la zona entre Alcalá y el barrio de la Concepción, donde las bravas son casi una religión. Docamar y A Conchiña así lo atestiguan. El Moncayo es un bar cutrongo en el que jamás hubiéramos entrado de no ser por una opinión perdida de internet que lo recomendaba por su especialidad: patatas bravas.

Una vez dentro de él no hay pérdida. Es tan minúsculo que solo hay un taburete, siendo éste el tesoro del lugar. Las paredes están llenas cuadros del Madrid y del Atleti, costumbre de muchos bares madrileños con la que no estamos de acuerdo: o eres de alioli o de bravas, pero jamás de braviolis. La decoración la completa un microondas que parece que va a echar a andar en cualquier momento...

Como dice el refranero popular, "allá donde fueres, haz lo que vieres", así que como lo que se estila en el bar son los botellines, pedimos un par de Mahou 5 estrellas. Te preguntan qué aperitivo quieres, buen detalle. Elegimos las bravas, aún a sabiendas de que posteriormente caería una racioncita, pues...¡vaya pintaca! Por 4€ te ponen un platito no muy grande pero con salsa a rebosar, que por cierto salía de una botella de vino de Rueda, cosa que nos encantó y que por lo que vemos debe ser también tradición de la zona.

La salsa es espesa y de color naranja fosforito y en ella se ven restos de pimiento rojo. Está que te rilas, el cesto de pan se quedó tiritando. Las patatas son alargadas y con aristas crujientes, pero están buenas; eso sí, bien salaítas, a la camarera no le tembló el pulso, parecía Antonio Machín con el salero. Dado el tamaño del bar una buena parte del cloruro sódico acabó sobre nuestras cabezas.

SALSA: 9
PATATAS: 7
CANTIDAD/PRECIO: 5'5
OTROS: 6'5

TOTAL: 8

Se vuelve a cumplir la curiosa ley de que cuanto más cutre es el bar mejores son las bravas. Si viviésemos en el barrio, sin duda alguna seríamos parroquianos del lugar.

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Segunda visita (16-5-2014)


No del todo saciados con nuestra visita al bar Anci, aprovechando que andábamos por la zona, no pudimos resistirnos a volver a uno de nuestros grandes descubrimientos: las bravas del Moncayo.

Al ser un día de diario y haber menos gente, nos dimos cuenta de un cartel que dice "aforo máximo 12 personas". Realmente el bar es pequeño, pero contamos 14 y aun quedaba sitio...

Esta vez la salsa era un pelín más clarina pero seguía estando igual de rica. Las patatas bastante más blandas, se deshacían con el palillo. Quizá nos gustaron más la primera vez, por la novedad, pero siguen mereciendo estar en el top.

PD: Todavía no han tenido tiempo de limpiar el microondas :D

martes, 11 de marzo de 2014

BAR ACUEDUCTO

Bar Acueducto, calle Camarena, 280 Madrid - Patatas bravas



Nos desplazamos al oeste de la ciudad en busca del Bar Acueducto, cuyas bravas son famosas entre todos los vecinos del barrio de Aluche. Ya había anochecido, pero lo encontramos fácilmente gracias a su llamativo cartel luminoso de color azul.

La cutrez exterior de bar de barrio se confirma dentro, con su barra de chapa y fotos de raciones "desteñías", entorno perfecto para degustar unas buenas bravas. La primera impresión no fue demasiado buena, ya que a las cañas Amstel les acompañaron unos choricillos que, de secos, parecían dátiles.

Pedimos las bravas al carete precio de 6€, pero eso sí, el camarero vociferó ¡¡¡UNA DE BRAVAS!!!, cosa que se agradece porque esta tradición tan bravera se está perdiendo... El aroma de la salsa nos llegó desde la cocina. Al momento, plato en mesa. Contaban con gran cantidad de salsa, lástima que no hubo pan (ni tenedores, por cierto). Estaba rica, suficiente para hacer carrera en el barrio. Pica mucho y tiene el toque rancio agradable de las buenas bravas de barrio madrileño. Nos recordó bastante a la de La Gloria. Las patatas, con una buena textura y tamaño, tenían un error garrafal que condiciona su nota: estaban sosas.

SALSA: 7'5
PATATAS: 6
CANTIDAD/PRECIO: 4
OTROS: 6

TOTAL: 6'7

Si vivís por esta zona seguramente lo conoceréis, como Chema, nuestro descubridor; si no, no está de más probarlas junto con alguna de sus variadas raciones de pescado y marisco.

domingo, 2 de marzo de 2014

LA PANERA DE ARMÁN

La Panera de Armán, calle Juan Duque 9, Madrid - Patatas bravas



Aprovechando un concierto en la sala La Riviera, en la riberita del Manzanares, buscamos un sitio con bravas para hacer tiempo. Después de un par de intentos fallidos encontramos La Panera de Armán, un sitio en pleno centro pero alejado del bullicio. Nos atrevimos a entrar al ver que tenían la gloriosa cerveza Alhambra 1925, ¡qué mejor para acompañar al tapeo!

Es un local con amplia barra donde te encuentras cuadros vanguardistas(a la venta, por cierto) a escasos centímetros de una foto con un bocata de sobrasada. Tenía ambientillo. Nos atrevimos a pedir las bravas porque al ojear la carta nos encontramos con el siguiente mensaje "Prueba nuestras exquisitas patatas bravas". Todo parecía una señal del cielo. Sólo quedaba esperar el milagro...

Por 5€ el camarero se presentó con un plato hermoso. La salsa es muy líquida y muy picante pero entre medias, nada. Tiene un cierto sabor agridulce que recuerda a la salsa del chino. No nos gustó demasiado, prueba de ello que no tuvimos ganas ni de rebañar, con lo que nos gusta...Las patatas nos gustaron menos aún. Están cortadas a dados muy pequeños y con las aristas muy crujientes. Tenían un claro toque a recalentado. Toda una ofensa para esas pedazo de Alhambras.

SALSA: 3'5
PATATAS: 2
CANTIDAD/PRECIO: 7'5
OTROS: 7'5

TOTAL: 4

No hubo milagrito que valiera. Así que seguiremos a la busca y captura de las mejores patatas bravas de Madrid.